Características cuadro «Joven Napolitana» del siglo XIX
La exquisita plasticidad pictórica que emana de cada detalle en este retrato femenino lo eleva más allá del interés costumbrista por plasmar el folclore de un lugar, en este caso, a través de la vestimenta de una napolitana.
Estamos ante un retrato, en el que la protagonista se presenta de pie y de frente al espectador, manteniendo la mirada fija hacia el frente. Con sus manos sostiene un cesto delicadamente trenzado, donde se pueden ver uvas y un melocotón. La figura de la joven se encuentra en un paisaje desarrollado en profundidad en el que se puede apreciar la presencia de tres figuras que se alejan hacia el horizonte, en el camino situado en la zona derecha de la composición. Estas tres figuras representan a una mujer ataviada con velo que sostiene a un pequeño bebe, ambos montados sobre un burro, que es dirigido por un hombre situado junto ellos.
Dicha imagen remite en gran medida a la representación religiosa de “La huida a Egipto”, en la que se suele representar a la Sagrada Familia del mismo modo que en esta obra, aunque en este caso concreto el autor relega la temática religiosa a un segundo plano. No es de extrañar teniendo en cuenta que, durante el siglo XIX, se popularizó el retrato en relación a un aumento de la burguesía, aunque el sistema académico del arte abogaba por la pintura de temática histórica, bien de carácter profano o religioso. Por dicho motivo fueron frecuentes este tipo de recursos en el que, a pesar del protagonismo evidente del retrato, se escenifican pasajes bíblicos o históricos.