En estos lienzos, de carácter romántico, el pintor construye dos paisajes de clara influencia centroeuropea, algo que de hecho fue frecuente dentro del paisaje andaluz del siglo XIX. Así, los pintores de esta escuela construyeron un nuevo tipo de paisaje, dentro del contexto romántico, profundamente influenciado por el paisaje barroco holandés, especialmente de su corriente italianizante. Así, vemos paisajes inundados por luz dorada, de tonos cálidos y un matizadísimo trabajo de luces y sombras, con pequeñas figuras costumbristas perfectamente integradas en el entorno. Los historiadores relacionan los orígenes del romanticismo en España con el movimiento liberal que se desarrolla tras la muerte de Fernando VII en 1833. El primer foco romántico surgió en Andalucía, como aquel movimiento liberal, teniendo como centro las ciudades de Cádiz y Sevilla. Desde allí, el movimiento irradiaría hacia el resto de la península, formándose otros dos núcleos en torno a las ciudades más importantes del país, Madrid y Barcelona. Dentro de la pintura romántica española se pueden distinguir tres grandes tendencias: la pintura de paisajes, la costumbrista y el romanticismo académico u oficial.
