La escena Se desarrolla en una estancia interior delimitada por un muro de piedra sobre el que se eleva una columna acanalada y un bran cortinaje. Por el lado derecho se abre hacia las arboledas y arquitecturas de un jardín, divisándose al fondo una figura asomada en una terraza. La composición se centra en la figura de la Virgen María, una mujer joven, hermosa, de cabellos rizados y claros.