Sobre el autor atribuido del cuadro: Juan Vicente Macip
(Valencia, h. 1475-1550). Pintor español. La primera noticia documentada sobre este artista data de 1501 cuando aparece citado como el maestro Vicente Masip, pintor de retablos, es decir, como un profesional independiente. Su formación inicial transcurre en Valencia durante la última década del siglo XV.
En esos años trabajan en la ciudad pintores como Paolo de San Leocadio, Rodrigo de Osona o el Maestro de Artés. Y aunque parece probable que Masip anduviera inicialmente en el entorno de este último, fue su admiración por Osonay San Leocadio la causa de su interés por lo nuevo. Así se entiende que sus obras más tempranas estuvieran imbuidas de un aire primitivo con influjo de los pintores ya citados.
En 1516 llegan a Valencia los artistas Fernando de Llanos y Fernando Yáñez de la Almedina, pintores españoles formados en Italia en el entorno de Leonardo. Vicente Masip, que contaba por entonces treinta años, tenía un vocabulario artístico definido, basado en los parámetros cuatrocentistas, y una actividad profesional amplia como lo evidencian el Retablo de Porta-Coeli (Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V) y el Retablo de san Dionisio y santa Margarita (después de 1507, Museo Diocesano de Valencia), antes atribuidos al llamado Maestro de Cabanyes, cuya identidad es, a partir de 1993, generalmente equiparada a la del joven Vicente Masip.
Nada se sabe de Masip en el periodo inmediato a 1507 en que se abre una laguna cronológica de seis años en los que no aparecen noticias suyas. Hay que esperar hasta 1513 para encontrarlo avecindado en Valencia como maestro pintor de la demarcación parroquial de Santa Cruz. Exceptuando una pequeña mención que data de 1514 y que presenta al pintor como testigo en el testamento de un tal Gregorio Ferrando, se abre otra laguna cronológica hasta 1522-1524, años en los que se registra su actuación en varios trabajos menores de la catedral de Valencia.
A partir de este momento se produce otro salto en la documentación hasta 1529, cuando lo encontramos trabajando en el retablo mayor de la catedral de Segorbe (Castellón, 1529-1532). En este lapso de tiempo se produce en Valencia un hecho excepcional: el traslado desde Roma, por parte del diplomático valenciano don Jerónimo Vich y Valterra, de cuatro pinturas de Sebastiano del Piombo que estaban llamadas a ejercer una profunda influencia sobre los pintores de la región. El formidable salto cualitativo que se aprecia en el retablo de Segorbe, donde se hallan retazos de inconfundible aliento clásico y clara influencia piombesca, ha llevado a pensar en una intervención muy destacada del dotado hijo de Vicente Masip, Juan de Juanes, y lo mismo podría decirse de otras obras, como Inmaculada Concepción (colección Central Hispano, Madrid), Bautismo de Cristo (catedral de Valencia) o Cristo atado a la columna (Alba de Tormes), tradicionalmente asignadas a Vicente Masip y cuya autoría es hoy debatida entre el padre y el hijo.
En opinión de algunos historiadores, también deberían ser restituidas a Juan de Juanes otras obras consideradas habitualmente como de la etapa madura de Vicente Masip, como San Sebastián(Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V), compañero de San Bruno y san Vicente Ferrer (MuseuNacional d’Art de Catalunya, Barcelona) y La Santa Cena (Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V). Al parecer, en el año 1542 Masip ya había cedido definitivamente a su hijo las riendas del taller familiar, para morir hacia 1550.