Acerca del cuadro “Ecce Homo” de Luis Morales, “El Divino”
El tema del Ecce Homo pertenece al ciclo de la Pasión, y precede inmediatamente al episodio de la Crucifixión. Es una pintura del Siglo XVI. Siguiendo esta iconografía, se presenta a Jesús en el momento en que los soldados se burlan de él, tras coronarle de espinas, vestirle con una túnica púrpura y colocarle una caña en la mano, arrodillándose y exclamando “¡Salve, rey de los judíos!”. Las palabras “Ecce Homo” son las pronunciadas por Pilatos al presentar a Cristo ante la multitud; su traducción es “he aquí el hombre”, frase mediante la cual se mofa de Jesús y da a entender que el poder de Cristo no era tal frente al de los dirigentes que allí le estaban juzgando. En las obras destinadas a devoción privada lo usual era resumir la escena en una única figura, la de Cristo, que normalmente se representaba como aquí vemos, de medio cuerpo, sobre un fondo oscuro que realza su corporeidad y sin más elementos narrativos que los que exige la iconografía. De este modo se concentra la expresividad y el dramatismo de la imagen, conmoviendo el alma del fiel que ora ante ella y evitando que su atención se disperse en los detalles.
Debido a su temática y estética esta obra posee gran influencia de la pintura de Luis Morales “El divino” del cual se destacaba la atmósfera atormentada y casi histérica que respiran sus personajes, volcados hacia una intensa vida interior, llenos de melancolía y renunciamiento ascético.